miércoles, 3 de diciembre de 2014

HUELLAS INDELEBLES

Hay hechos, actitudes, expresiones... que determinan nuestra imagen (pública) y que no se pueden borrar del disco duro colectivo por mucho esfuerzo que empeñes en ello.

Es alabable la decisión de Alerta Digital de retirar su asqueroso artículo, publicado hace unos días al hilo del atraco perpetrado en Vigo, en el que se menosprecia el trabajo de las policías y en el que se insinúa (o se dice abiertamente)  que el asesinato de la agente es consecuencia de su incapacidad como mujer; pero la rectificación no enmascara el tufo que deja esa publicación a machismo rancio y lesivo en nuestras pituitarias.

Se necesita mucho más que un bolígrafo con goma de "emborronar" en el extremo o un experto en internet para eliminar esa huella digital de nuestra percepción. Pedir disculpas no indica que hayan recapacitado y comiencen a creer ahora en la igualdad de género pero sí que sus lectores en particular y la sociedad en general empiezan a no consentir que nadie saque tajada con este tipo de crónicas que denigran a las mujeres. Y eso es una buena noticia.

Como buena noticia nos han querido vender el encarcelamiento del padre de Andreíta Fabra. El otro Fabra, sobre el que de momento no pesan sospechas de delito ni de parentesco con el condenado, se congratula del desenlace y alaba el buen funcionamiento de la justicia. De lo que no opina es de su lentitud.

Once años en resolver un caso en el que el imputado, sospechoso de todos los abusos políticos clasificables, es condenado por irregularidades fiscales como si de un "Capone" cualquiera estuviésemos hablando. ¿La justicia funciona? Pues mire usted, a veces sí, pero al ralentí como el Ferrari de Alonso y no gracias al partido al que representa el Presidente de la Comunidad Valenciana, ni a sus respectivos Gobiernos aunque insistan en vendernos este encarcelamiento como uno de sus grandes éxitos de gasolinera.

 Y no funciona gracias a ellos, entre otras cosas, porque sus leyes son como las puertas de los slaloms en el esquí alpino, imposibles de sortear si no has visto la nieve en tu vida pero que no representan el más mínimo obstáculo para el esquiador profesional, que sólo se engancha en ellas cuando quiere sortearlas a más velocidad de la aconsejable por las leyes de la física o, simplemente, cuando tiene un despiste solo explicable desde el punto de vista del exceso de confianza o de la falta de concentración.

No funciona porque los medios de los que disponen los encargados de perseguir a los que se las saltan son, a simple vista, insuficientes. ¿Enhorabuena? Nos venden como premio gordo lo que no deja de ser una pedrea.  El gordo, al que le toca repetidas veces es al reo. A nosotros nos han dejado el premio de consolación que nos permite seguir jugando sin volver a desembolsar y apacigua nuestra impresión de vivir en una tomadura de pelo constante.

Esta Justicia, tan celebrada por Alberto Fabra, es un estamento al que no le queda más remedio que aceptar como cierto, contra las leyes de la probabilidad y ante nuestra perplejidad, que a un Presidente de Diputación Provincial le toque la lotería nueve veces porque es imposible demostrar de qué otra forma se habrá podido enriquecer.

En cualquier caso y aunque sea otra vez con la boca pequeña, nos felicitamos de nuevo (dos veces en un artículo, ¡wow!) porque nunca creímos que el abuelito del aeropuerto fantasma y las estatuas "megalómanas" tuviera, algún día, que preocuparse por cosas tan de pobres (que no tienen ni para esquíes) como esperar con impaciencia el momento del paseo por el patio, la falta de intimidad a la hora de hacer de vientre o el "dónde habré dejado la "famosa" pastilla de jabón". Por lo tanto, queremos dar desde aquí la enhorabuena a la inefable Andreíta y le devolvemos el "que se jodan" que en su día almacenamos y que todo este asunto nos ha hecho rescatar de nuestra memoria donde se hallaba codificado como símbolo de su huella indeleble.

4 comentarios:

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    1. Eso es verdad pero a nosotros no. Se trata de que cada vez haya más gente a la que no le de igual, ¿no? Saludos!

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  2. En este momento estará el señor fabra leyendo tu post desde su macbook pro con fibra de 100 megas, que pagamos todos, en su celda/cubículo de 50mx50m; en este país es un premio ir a la cárcel, es su residencia de la tercera edad.

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    1. Totalmente en desacuerdo. El señor Fabra no llegará a mi blog nunca (como la mayor parte del mundo, salvo unos pocos elegidos) y no creo que la privación de libertad sea considerado como un premio por nadie que tenga dos dedos de frente (sé que el cinismo de tu comentario es deliberadamente impostado).

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